martes, 31 de agosto de 2010

Batalla [1]




Desde lo alto de aquella torre, veia todo el pueblo. Las casas demacradas y las familias guarecidas dentro. La calle principal que daba hacia el ayuntamiento de la ciudad, llena de soldados de todas edades. Mire hacia afuera, mire a mis enemigos. ¿Porque eran mis enemigos? - susurraba mientras tomaba una flecha y la colocaba en el arco. Certeros disparos impactan contra los enemigos, siempre fui uno de los mejores. Una flecha roja paso cerca de mi mejilla y quede paralizado. Cai. Pase mi mano sobre la herida y vi mi sangre, me desespero. Me desespero el hecho de pensar que en esta batalla, era casi seguro que muriera. Entonces ella tomo mi mano. La mire como siempre solia hacerlo, con anhelo. Su sonrisa me reconforto. Luego de hacerlo, continuo disparando. Atonito, mire como tomaba con velocidad las flechas y disparaba, aun mientras lloraba. Estaba sintiendo lo mismo que yo. Me levante decidido a continuar mi lucha, ahora tenia un proposito. Fue entonces cuando el mundo parecio detenerse. Un flechazo rojo dio contra su pecho tumbandola. Me acerque a ella y tome su mano tratando de reconfortara.

-Todo esta bien- Susurró...

Seguia llorando como lo estaba haciendo, pero esta vez tenia una sonrisa en el rostro. Asi fue como la vi partir. Furioso, sin nada que perder, tome su arco y flechas y comenze un aluvion de las mismas contra nuestros enemigos. Vi a aquel que tenia el arco y flechas rojas. Estaba tirado en el suelo sosteniendo su arco y disparando. Comence a dispararle, buscaba darle muerte. Una tormenta de pensamientos invadian mi mente. El 'Rojo' estaba muerto pero continuaba llorando, decidi continuar con los flechazos. Queria terminar con tanta guerra. Senti un escalofrio aterrador, mire mi pecho y vi una flecha de color azul. Mire a mis enemigos desde lo alto de la torre donde me encontraba y vi al que habia disparado. Cai para atras con miedo. La mire alli tendida y simplemente tome su mano.



En esa batalla, sabia que nadie ganaria...

La Joven de mis Pesadillas




¿Que es lo que pasaba?. Mi habitacion estaba cerrada, mejor dicho, la puerta no estaba. Los gritos eran en vano. Un gran espejo se erguia frente a mi. En el, me veia reflejado junto a uno joven chica de pelo largo. Frenetico, gire alzando mi brazo violentamente para impactar a la joven misteriosa, pero ella no estaba ahi. Mire el reflejo del espejo nuevamente y ella continueba ahi. Asustado, retrocedi un par de pasos y cai sentado al suelo. Caminaba, se acercaba, se reia. Comenzo a emerger del espejo y a acercarce a mi. Paralizado, quise gritar pero no podia. Una gota de sudor fria pasaba por mi mejilla. Se acerco hasta mi a una distancia muy proxima. Cerre los ojos mientras un escalofrio corria por mi espalda.

-Ve con cuidado y presta atencion- Susurró...

Abri los ojos asustado y me vi acostado. Aparentemente habia sido un sueño. Me levante y mire el espejo de mi habitacion, no estaba. Camine hacia la puerta de mi habitacion, la abri ligeramente y vi a la joven chica en el living. Con un nudo en la garganta, tome el palo de hockey de mi hermana. Corri hacia donde ella y aseste varios golpes. Con una mezcla de sensaciones y una sonrisa en el rostro, termine mi devastador ataque. Movi mi cabeza y admire estupefacto que en el televisor se encontraba esa joven. comenzo a reirse y luego desaparecio. Mi madre salio de su habitacion y miro con terror la escena.

-¿Que le hiciste a tu hermana?- Dijo entre llantos...



Esa chica, La Joven de mis pesadillas...

martes, 10 de agosto de 2010

Venganza


Suspiraba, sudaba. Mi mente era un revoltijo de opiniones. Suspiraba una y otra vez, pero eso no acallaba las voces en mi cabeza. Mi conciencia no me dejaba tranquilo, mientras los crueles pensamientos se morian poco a poco. Mi mente estaba sumida a un vacio enorme, algo abismal. La culpa me carcomia. Pude vengarme, pero eso me brindo la satisfaccion esperada. La misma solo duro el instante. Las manos me tiemblan, estan limpias pero las veo manchadas en sangre. Sangre de la que alguna vez llame esposa y sangre de ese que solia llamar mejor amigo. El dolor de cabeza es insufrible, me arde, me come. El sudor recorria mi frente, llendose hacia el costado de mi cara. Tenia arena en la boca, completamente seca. Los labios resquebrajados como viejas paredes de mi hogar. El corazon se agitaba, se aceleraba. El vello presente en mi espalda se erizaba, como si de una bestia a punto de atacar se tratase...

- ¿Señor se siente bien?¿Puede o no explicarme como llegaron los cuerpos a su jardin? - Pregunto el oficial de policia nuevamente...



Asi la bestia en mi, se hizo presente una vez mas...