martes, 22 de junio de 2010

Demonios

Encerrado bajo mil llaves y candados. El aun asi se abre paso. Quiero salir de acá. Todavía escucho cuando grita, escucho sus pasos que se acercan. Inmóvil. Cierro los ojos, hago un esfuerzo enorme para esconderme o desaparecer, para que cuando abra la puerta no me vea. Me aplasto contra el rincón más alejado de la habitacion. Mis ojos siempre cerrados hasta humedecerse. Otra vez, un grito desgarrador calla al silencio. Clama libertad. Dejame en paz, dice. Y se agita. Tiene el mismo fiero rostro con el que lo vi la última vez. Escucho que golpea contra las paredes, frenético. Un espejo o un vidrio cruje cuadro se despedaza y hace llover fragmentos que se repiten en un eco contra el piso. La respiración se le hace pesada; transpira y jadea. Una mano se aferra al picaporte de la puerta y los mecanismos gastados de los candados se quiebran. Un haz de luz llena el encierro. ¿Me mira? No, no puede ver. Me busca. Quiere decirme algo pero las palabras se ahogan en su boca, no puede abrir la puerta. Algo lo detiene. Después le da un golpe y la cierra, ahora sí, grita otra vez. Quiere salir…


Demonios, todos tenemos uno...

viernes, 18 de junio de 2010

Delirios

Pensamientos delirantes, se retuercen en mi
fundiendo molestias destrozadas, pienso.
Retorcidas entidades aullan dentro,
abriendose paso queriendo salir.
Siento una calma muy oportuna,
insegura e incierta.
Percibo la luz tranquila,
seguida de densa oscuridad.
Difumado entre los recuerdos borrosos,
firme estoy, esperando ser atrapado.
Luna hazme tocar el cielo!,
liberando mi cuerpo y mente.
Perdido entre sueños y frustraciones,
consumidas por el deseo de progresar.
Entristeces tus pensamientos con personas hipócritas,
espero ser dios alguna vez para controlar tu mundo.
Fieros espiritus introducen su maldad,
despiadados sedientos de sangre,
dispuesta a masacrar y asustar a todos por igual.
Bestias salidas de tus peores pesadillas,
no duermas nunca!
Porque ellos es posible que te puedan atrapar,
y de tus sueños no despertaras jamás.


Delirios de mi mente retorcida...